sábado, 30 de julio de 2011

Corredor Biológico Mesoamericano, alternativa de desarrollo social


El secretario mexicano de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan Rafael Elvira Quesada, resaltó las bondades del Corredor Biológico Mesoamericano (CBM), al señalar que miles de habitantes de comunidades indígenas, sobre todo, son beneficiarios de esa iniciativa multinacional.

Más allá de su valor como paisaje, el corredor biológico constituye una alternativa de desarrollo económico y social para poblaciones locales y comunidades indígenas de esa región, dijo el funcionario en un comunicado.

Hacen la función –anotó– de puente naturales al ser macizos de vegetación que permiten el flujo de genes y especies entre ecosistemas que han quedado fragmentados, tal y como ocurre en la franja continental de selva tropical y bosques que unen a México y Centroamérica.

Por ello, resaltó la funcionalidad y preservación de esa área con el propósito de asegurar la conectividad de los macizos de vegetación conservada de la región y recuperar su cubierta vegetal.

El CBM fue establecido en 1997 por los gobiernos de Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, y es responsable de la conservación y de la protección de la conectividad ecológica.

Esta área posee más del 10 por ciento de las especies de biodiversidad conocidas, las cuales presentan distintos problemas, como la fragmentación de selvas y bosques, situación que se busca revertir, explicó el funcionario mexicano.

Elvira Quesada añadió que esta acción multinacional se fundamenta en ejes básicos como el aprovechamiento de los recursos por parte de los pobladores que habitan las áreas establecidas como corredores, de manera que se traduzca en ingresos económicos para ellos y se detone el desarrollo social mediante el aprovechamiento sustentable de los recursos.

Precisó que algunas de las actividades que se desarrollan en el CBM promueven procesos productivos en la agricultura como alternativa de desarrollo económico local, que incluyen principalmente la apicultura, el ecoturismo y el cultivo de café de sombra, atenuando así la presión sobre los recursos forestales.

Con este esfuerzo –destacó– se privilegia la atención en adoptar nuevos modelos de procesos económicos y sociales que controlen el deterioro ambiental y no propicien el cambio de uso de suelo.

Mencionó que además del valor de sus funciones como amortiguadores ante fenómenos meteorológicos extremos, la consolidación de estos corredores representa un frente natural ante el cambio climático.

Entre los objetivos del CBM está mantener la diversidad biológica, disminuir la fragmentación y mejorar la conectividad del paisaje y los ecosistemas; promover procesos productivos sustentables que mejoren la calidad de vida de las poblaciones locales que usan, manejan y conservan la diversidad biológica.

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